martes, 11 de abril de 2017

Una experiencia de cambio en el modelo de evaluación de matemáticas

En mi último post comentaba que cada vez veo más la necesidad de un cambio en la forma de evaluar.

En el post de hoy voy a contar una experiencia que he llevado a cabo recientemente con mis alumnos de matemáticas de 2ºESO. Seguramente no servirá para muchas asignaturas, y tampoco para la mía de forma continuada, porque depende del temario y de muchas más cosas, pero lo que es cierto es que a mí en este momento en el que estoy de la asignatura me ha funcionado muy bien.
Yo siempre digo que se trata de tener una caja de herramientas llena e ir sacando cada vez la más apropiada.

Quiero empezar haciendo referencia a la Taxonomía de Bloom. He de reconocer que hasta hace cosa de un año no la conocía, pero cuando más pienso sobre ella, más consciente soy de la necesidad de alcanzar el quinto nivel. Cuando el alumno crea y diseña es cuando se hace verdadero protagonista de su aprendizaje. Por supuesto, para alcanzar el quinto nivel hay que haber alcanzado previamente los anteriores. Si nos quedamos en aplicar, o repetir, el proceso es pobre y el alumno no afianza.

          
Llevo ya tiempo que intento tras cada unidad didáctica hacer algo que sea significativo para los     alumnos, que les permita ver la finalidad práctica de lo que hacemos. No siempre es fácil, pues matemáticas es una asignatura muy instrumental, y como escuché hace poco en un curso de formación no podemos hacer un AbP de polinomios, por ejemplo. Otras disciplinas lo tienen más sencillo, pero en matemáticas hay partes a priori más áridas porque suponen enseñar la herramienta en sí. Por eso hemos de combinar lo que es la parte más seria de la asignatura de pizarra ( que a veces es lo mejor que funciona y reconozco que soy una amante de la tiza) con trabajo en grupos cooperativos, flipped classroom, vídeo tutoriales en clase, retos, gamificación, dinámicas    donde trabajen la inteligencia espacial... De una mezcla de los mejores ingredientes y cocinado a fuego lento salen los mejores guisos. Nada es la maravilla por sí sólo ni nada hay que descartar. La cara y la emoción de nuestros alumnos nos van guiando.

En 2ºESO hemos terminado la unidad didáctica de las expresiones algebraicas, una parte en la que a priori cuesta encontrar algo que garantice un aprendizaje memorable y significativo, porque una vez llegas a las ecuaciones y los problemas, la cosa cambia, pero con los monomios y polinomios es más complicado.

Y se me ocurrió la siguiente idea..hacer que los alumnos diseñasen su propio examen. Al principio temía que fuese una idea muy loca, pues nunca lo había hecho ni oído a nadie que lo hiciese. Consulté con mis personas de referencia, y me dieron el visto bueno y me animaron. Y por supuesto con mis alumnos, los verdaderos protagonistas de esta historia. Vi en sus caritas emoción, pero también miedo.
Eso me hizo recapacitar, no podía ser algo obligatorio. Les di a elegir, quien quería hacía el examen del modelo tradicional y no salía de su zona de confort, y los que quisiesen probaban el nuevo modelo. Entre mis alumnos y yo construimos la rúbrica de evaluación:


También vimos juntos en clase la infografía de la Taxonomía de Bloom, para que supiesen el por qué se proponía esta nueva propuesta. Tenía un sentido.
Os doy datos, de 61 alumnos con los que he hecho la propuesta, 4 llevan ACIS, y de los restantes, 27 han probado el nuevo modelo, y 30 han seguido con el modelo tradicional. Casi el 50% han optado por salir de la zona de confort y arriesgar. Yo les transmití tranquilidad, independientemente de la opción elegida.
La clase previa al examen todos construyeron su repaso, tenían a su disposición presentaciones en Google drive hechas por mí, el libro de texto y su cuaderno de trabajo, pero el repaso debían hacerlo solos y sintetizar y construir.
Los que optaron por el nuevo  modelo pudieron disponer de su repaso delante el día del examen. Los del modelo tradicional no. Aquí las ideas me las dieron los propios alumnos, era importante que hubiese justicia con ambos métodos, y ellos vieron más justo que sólo los del nuevo modelo pudiesen disponer del repaso delante.
Para los repasos dispusieron de una sesión, y me lo entregaron los que optaban al nuevo modelo. Me tenía que asegurar que lo hacían ellos sin ayudas externas.
Adjunto imágenes de algún repaso:      
  
  
    
    

Algún repaso contiene errores, pero para mí no es significativo, porque son los mismos errores que hubiesen cometido si lo hubiese hecho yo y resuelto ellos.

Han sido capaces de sintetizar en un folio lo trabajado en medio trimestre. A destacar el aseo y el interés que pusieron, no se oía ni una mosca mientras lo hacían. Tenían que gestionarse también el tiempo, alguno ( se puede observar en la imagen) indicó el tiempo que iba a dedicar a cada pregunta.

Y llegó el examen, estuvieron bastante tranquilos. No les faltó tiempo a ninguno, que era una de las preocupaciones iniciales.

Las notas han sido bastante mejores, pero esto para mí no es lo importante.  

Lo que para mí es importante es que estoy convencida de que han aprendido más así, porque han pensado no sólo en las respuestas sino también en las preguntas. Ellos sabían que no podían copiar nada del repaso y ninguno lo ha hecho. Como me decía alguno, "He tenido que pensar qué monomios tenía que poner para que se pudieran dividir". Ellos afirman que han aprendido mucho más con este nuevo modelo, se han quitado la presión de la memorización, y han trabajado los cinco niveles de la taxonomía de Bloom. 
Estoy muy satisfecha con la experiencia y aunque no siempre se puede hacer, en este momento, esta asignatura, y con estos alumnos ha funcionado. 

El único pero que le pongo es que se tarda mucho más en corregir, pues son exámenes individualizados, pero vale la pena. Aprenden mucho más , que es de lo que se trata.
También les obliga a ellos a tener controlado su trabajo diario para el día del repaso poder acceder a lo importante y sintetizar. Y sobre todo, hacerse preguntas, ser creativos y autónomos.  La construcción del repaso también es una pieza clave en el proceso.
Termino con un vídeo donde ellos mismos han valorado la experiencia.