domingo, 31 de mayo de 2020

Evaluar por competencias dando oportunidad a la mejora

Llevo varios años cerrando el curso con mi alumnado de matemáticas de 1º ESO realizando un proyecto de pilotaje del dron.

Es un proyecto que siempre valoran muy bien y les encanta, pero no porque una cosa salga bien, hay que dejar de pensar en mejorarla y actualizarla.

Por un lado, las herramientas tecnológicas avanzan muchísimo, y un vídeo que hoy te parece "lo más", en dos años se queda anticuado. Y luego, lo más importante, cuando algo lo compartes, siempre recibes comentarios de otros profesores, y algunos lo adaptan a su realidad y te dan nuevas ideas. De hecho, el mayor cambio que ha "sufrido" el proyecto, que es la parte del viaje con Google Earth, se originó por un comentario en un vídeo de Youtube que a su vez era una adaptación del proyecto original.

A mí estas cosas me encantan, es un lujo compartir y trabajar en red, porque se producen sinergias en las que sumamos todos. Las críticas siempre son constructivas y la mentalidad de crecimiento.

Y por supuesto, siempre aprendo del alumnado, son por los que merece la pena todo el esfuerzo y los que siempre alegran las jornadas lectivas. En concreto, el curso pasado me hicieron unas aportaciones muy valiosas. Destaco dos: el hecho de narrar la historia, con lo cual también trabajas entre otras la competencia lingüística, y el poder calcular el tiempo del recorrido del viaje.

Todo esto ha hecho que la idea original del proyecto se haya renovado con vídeos nuevos, formato nuevo, y tareas nuevas, y sobre todo, mucha ilusión y ganas por mi parte. Como anécdota te cuento que no conocía Google Earth y tuve que encerrarme un día entero con él, aislada del mundo real (el confinamiento en fase cero ayudó) para familiarizarme con la herramienta y poder explicarla en un vídeo. Pero muy bien, nos hicimos grandes amigos :)

Y otra cosa muy importante en el proceso de renovación, ha sido un cambio en la evaluación, y es lo que da título a esta entrada y aquí me voy a detener más.

Aunque todos los años lo he corregido con una rúbrica, lo cierto es que acompañaba el proceso pero solo lo revisaba entero al final, y ponía la nota sin oportunidad de cambiar nada.

Este año, gracias a lo que he aprendido sobre evaluación por competencias (he de citar al curso del Intef, y concretamente a Mari Carmen Miguel que fue mi tutora, y también a Jaume Feliu, puesto que leo todos sus artículos), lo estoy evaluando de otra manera y estoy encantada.

  • Como el proyecto está desglosado en varias sesiones, propongo un día de entrega para cada una de las partes. Independientemente de esto  hay un día como fecha tope para entregarlo entero.
  • Los alumnos que cumplen los plazos para entregar cada parte, reciben mi feedback ese mismo día con comentarios y se les devuelve la tarea para que avancen con la siguiente sesión.
  • Hay puestos varios momentos también de encuentro virtual para atender dudas personalizadas, porque a veces la comunicación verbal es mejor.
A destacar de este sistema: 
  • Al evaluar (no calificar) con feedback contínuo, permites al alumno que se esfuerza que reformule y mejore, y al final su calificación será alta sin necesidad de contabilizar su actitud, pero su actitud ha sido necesaria para conseguir esa nota alta. Nota alta y no engañamos a nadie en cuanto a cumplimiento de objetivos de aprendizaje. Le han dedicado más tiempo, y han necesitado más mi ayuda, pero han llegado a lo que se pretendía, y eso para mí es lo importante. Hay gente que se saca el carnet de conducir a la primera y otros a la octava, y no pasa nada, ¿verdad?
  • Por otro lado, permites al alumno que consiga la nota máxima yendo a su ritmo y sin buscar el feedback si no lo considera necesario. La metodología Flipped Classroom del proyecto permite esta autonomía. Mientras entregue el proyecto en plazo se le evalúa y no sería justo penalizarle la actitud si al final lo hace en plazo y lo hace bien. Igual no necesita ayuda en mates pero sí en otras materias, y le dejas ese tiempo para aquellas materias que requieran una dedicación más constante y continuada. Aquí es importante destacar que este proyecto es individual, y por tanto, si se lo deja para el final no hace esperar a otros. Este detalle es fundamental, el respeto del tiempo de los demás, y es algo que hay que cuidar mucho en los trabajos de equipo, pero no es el caso.
Como dato, aproximadamente un 50% del alumnado está aprovechando el feedback enviando cada parte en el plazo indicado.

Como inconveniente, requiere al profesor estar muy atento y dar el feedback lo más inmediato posible para poder devolver la tarea y que sigan avanzando y no la tengan paralizada por nuestra culpa. Es importante  organizarse y pensar bien los plazos que se les marcan para recibir feedback por sesión. Si la asignatura tiene cuatro sesiones semanales, yo cada semana les pongo dos puntos de chequeo, para dejarles a ellos una cierta holgura y a mí también para evaluar y darles el feedback.


Esta manera de evaluar me está gustando tanto, que cada vez creo menos en los exámenes o cualquier otro tipo de instrumento que no permita la mejora. La cuestión es ¿seremos capaces de diseñar una materia instrumental de cuatro horas semanales de manera que podamos evaluar competencialmente todo el curso? Como diría aquí mi amigo Alberto, en el pensamiento hay que ir a máximos, y luego ya, haremos lo que buenamente se pueda. Pero lo que es cierto es que cuando evalúas así, cuesta mucho volver atrás. Seguiremos pensando, leyendo y compartiendo en redes, cada vez hay más compañeros utilizando instrumentos de evaluación alternativos a los tradicionales.

Por si estás interesado, comparto la lista de reproducción de los cuatro vídeos del proyecto.


Esta entrada se la dedico a Isabel García, de mi familia del Math Team. Es quién me ha animado a escribirla. Isabel y yo no tenemos el gusto de conocernos en persona, pero compartimos modos de pensar en nuestra forma de dar las clases y ver a los alumnos, y para mí es una gran referente y fuente constante de inspiración. Aprendo contínuamente de ella, como persona y como profesora. El día que nos veamos el abrazo va a ser infinito.

miércoles, 13 de mayo de 2020

Dos meses de confinamiento

Dos meses de confinamiento

Me paro a pensar en estos dos últimos meses, tiempo en que todo ha sucedido a una velocidad de vértigo, tiempo de horas y horas sentada en el ordenador, de trabajo sin parar, de quebraderos de cabeza, de cansancio en los ojos de tanto mirar la pantalla, y en las articulaciones de apenas moverme, pero al mismo tiempo, me sale una sonrisa:

  • Lo primero es que me siento acompañada y querida, tengo cerca a mis seres queridos, tanto física como mentalmente, a mi familia real y a mi familia elegida, ellos saben quienes son. Son mis pilas diarias y pertenecen a diferentes entornos: trabajo, senderismo, friends, math team ... son los que siempre están cuando los buscas y los que te buscan porque te quieren. Soy quien soy gracias a vosotros.
  • Lo segundo, la oportunidad de crecimiento que me está dando el confinamiento. Cada día suma, y suma mucho.
    • Mis alumnos están siendo todo un ejemplo. De la noche a la mañana han aprendido a gestionar su tiempo, ser autónomos, seguir disfrutando con esta manera de dar clases. No se han quejado absolutamente de nada a pesar de que los llevo locos: ahora GeoGebra, ahora meet, a las 9h todos conectados, ahora tareas, ahora formularios, ...Y lo mejor,  no preguntan por la nota y aprenden. Les dije que no iban a hacer examen en los primeros días y se relajaron. Hacen lo que pueden y lo mejor que pueden, siguen todas mis pautas de conexiones, tareas y locuras, y ni a ellos ni  a mí nos preocupa la nota. Aceptan mis errores y yo acepto los de ellos. Qué felices estamos viviendo así.
    • El equipo de compañeros de trabajo. Al pie del cañón. No me canso de decirlo, veo un claustro comprometido en su totalidad, que no decae, y que echa muchísimas horas readaptándose y dando lo mejor. Y me emociono cuando pienso en lo bien que se están adaptando aquellos que nunca utilizaban recursos digitales, de verdad, me quito el sombrero. Puede haber diferentes visiones, pero nos une el querer lo mejor para el alumnado. Especialmente los tutores se desviven por acompañar y orientar, hacerles sonreir, algunas hasta se ponen sombreros para hacerles reir...y en las comisiones de equipos de trabajo con quien me reúno se ven iniciativas, ganas de avanzar, de adaptarnos y ofrecer siempre lo mejor.
    • La formación que estamos adquiriendo de manera tan sencilla. Esta mañana lo decía mi compañera Anna, hace dos meses no sabíamos lo que era un meet, y ahora, sabemos lo que es un meet, grabar vídeos, dar una clase online con interactividad por parte del alumnado, usar múltiples modelos de pizarras ...y voy más allá, lo que se nos está abriendo la mente pensando en otro tipo de evaluación: más competencial y significativa, menos dirigida hacia la calificación y más a la evaluación, al feedback. Qué bonito es cuando el alumno tiene marcado un camino y se siente guiado por ti, y le permites redirigir la ruta y mejorar, dejando ese proceso abierto hasta el final.
    • Es muy de agradecer también la generosidad de los docentes.  Hay multitud de recursos en las redes que muchos docentes estamos compartiendo, y son fruto de nuestro tiempo y dedicación. Somos un sector, a veces desconocido para la gente que no convive con profesores, pero las horas que le echamos a preparar materiales, a formarnos para mejorar, y a acompañar a nuestros alumnos, son muchísimas, y solo lo saben los sufridores que conviven con nosotros. Agradecimiento especial a Manil y a mis padres por lo que me aguantan y me sufren y siempre con una sonrisa.
Creo que el confinamiento no nos dejará indiferentes en muchos aspectos, y se avecinan muchos cambios, y no todos buenos, pero....siempre nos quedará el agradecimiento de lo que hemos aprendido y quién nos ha acompañado.