lunes, 21 de diciembre de 2020

Gamificando con Genially+Kahoot

Este curso el COVID-19 no nos ha permitido terminar el trimestre con juegos de cartas manipulativos. El juego del dragón de Isabel Dorado ha sido un éxito los últimos años, pero este año no ha podido ser. Ha sido una pena, pero doy mucha importancia a respetar las distancias y este año no junto físicamente al alumnado en ningún momento.

Hace un tiempo vi un Genially de Lola Carpenter que me gustó mucho, sobre los números enteros y utilizando los monstruos S.A., para darle un toque más gamificado.

Adapté el contenido a lo que yo buscaba y estuve calentándome la cabeza pensando cómo conseguir recoger las respuestas del alumnado para así tener evidencias del nivel de cada uno.

Aunque a una clase le otorgue un carácter más lúdico, siempre me gusta recoger evidencias para poder acompañarles mejor en sus ritmos de aprendizaje.

Tras pensar en varias herramientas, la que más me convenció fue Kahoot, porque además al alumnado le encanta. Hacer un Kahoot en vivo tiene la ventaja de que motiva mucho por lo del juego en vivo, pero hay una cosa que no me gusta y es que puede fomentar la competitividad. Intentan ser los primeros y a veces no piensan. Y hacerlo en un grupo en el que haya alumnos competitivos puede ser un problema. Tampoco me gusta del Kahoot que el tiempo máximo de respuesta sean cuatro minutos, a veces se queda corto.

La solución la he encontrado combinando Kahoot con Genially. En Genially he puesto las preguntas ambientadas en los monstruos S.A. Ha sido la parte visualmente más bonita y donde he invertido los esfuerzos de gamificación. También he acompañado la presentación con un sonido ambientado. Y he utilizado Kahoot para la parte más técnica de recogida de respuestas. 

Como eran preguntas en las que me interesaba el desarrollo de procesos, conforme aparecían en el Genially las han desarrollado en papel, y al acabar en papel, en paralelo las han contestado en el Kahoot.

He podido dejarles cada pregunta un rato proyectada en Genially antes de ponerla en Kahoot, por lo que el tiempo no ha sido un problema.

De esta manera he recogido evidencias con los informes que genera Kahoot automáticamente y además tengo los procesos desarrollados en papel.

Ventajas: He aprovechado las propias de las dos herramientas. Además, al combinarlas, no se ha generado nada de competitividad, todos  han optado a la máxima nota si lo hacían bien, y nadie se ha estresado con la falta de tiempo.

Dificultades: Las propias de manejar dos herramientas digitales a la vez e ir alternando la proyección de una y otra.

Con todo, volveré a repetir el uso de estas dos herramientas en paralelo, la experiencia ha sido muy buena.

Comparto el Genially, por si alguien lo quiere utilizar, basado en el de Lola Carpenter, a la que se lo agradezco desde aquí.








lunes, 23 de noviembre de 2020

Trabajo en grupos cooperativos a distancia

Este año, el contexto que nos envuelve nos lleva a desarrollar aún más la creatividad.

En concreto, en matemáticas damos mucha importancia a la resolución de problemas mediante el trabajo en equipos cooperativos, pero claro, este año hemos de asegurar la distancia física y en ningún caso podemos saltarnos los protocolos. Cuando además, como es mi caso, has estado en julio y agosto pensando cómo reorganizar las aulas para que cupiese todo el alumnado, y has vivido en primera persona los esfuerzos (económicos, y de tiempo) hechos por muchos compañeros para garantizar los protocolos, no te los saltas  por nada del mundo, porque la seguridad del alumnado y la nuestra van por delante.

La pregunta hace unos meses era, ¿cómo conseguir que trabajen en equipo sin juntarse? 

Porque hay cosas que  no queríamos perder. Había que encontrar un canal de comunicación que funcionase, y finalmente hemos optado por las salas de chat que tiene nuestro alumnado vinculado a su cuenta de correo. Hemos empezado haciendo un trabajo de concienciación con ellos  de la importancia de hacer un buen uso del chat, pues la realidad es que no están acostumbrados a utilizarlo para trabajar.

A partir de ahí, empezamos con una actividad no evaluable "Among Maths" (a partir de otro de @Pedrodanielpg), de repaso, y más bien lúdica, pero que nos servía para familiarizarnos con esta nueva metodología. En este caso tenían que encontrar al impostor razonando mediante las sala de chat.

Begoña, mi compañera de aventuras este curso, y yo, acabamos tan contentas, que decidimos plantear una actividad ya evaluable para la resolución de problemas volviendo a hacer uso de las salas de chat para consensuar estrategias de resolución.

También hemos querido fomentar el espíritu crítico de los alumnos y la autonomía, y gracias a haber asistido al taller de @AnaBMoline en el evento "Aulas Conectadas" de GEG, tuvimos acceso a un documento donde se invita al alumnado a reflexionar sobre el trabajo en grupo. Lo hemos adaptado a lo que hemos hecho nosotras, y nos ha permitido que cada grupo de trabajo reflexione sobre el funcionamiento de su equipo, el uso del chat y además se han autoevaluado y coevaluado, tras un diálogo entre ellos y siendo justos con el trabajo aportado por cada alumno en el equipo, para que nadie quedase descontento.

Hemos tenido un alumno que ha faltado dos días a clase por estar confinado, y por iniciativa propia se ha conectado a las clases y ha participado igual que si hubiera estado físicamente en clase. Y un detalle muy bonito es que sus compañeros de equipo han sido conscientes de su esfuerzo y le han dado la máxima nota en la coevaluación.

Aquí puedes ver el ejemplo de reflexión de un equipo

Ningún alumno se ha quejado tras las coevaluaciones, y leer sus portafolios de reflexión ha sido muy enriquecedor para nosotras.

Una vez más, nuestro alumnado nos ha sorprendido para bien, y nos hemos dado cuenta de que en esta situación de pandemia podemos seguir cumpliendo con los objetivos que buscamos en nuestra asignatura solamente dejando volar nuestra creatividad.






domingo, 31 de mayo de 2020

Evaluar por competencias dando oportunidad a la mejora

Llevo varios años cerrando el curso con mi alumnado de matemáticas de 1º ESO realizando un proyecto de pilotaje del dron.

Es un proyecto que siempre valoran muy bien y les encanta, pero no porque una cosa salga bien, hay que dejar de pensar en mejorarla y actualizarla.

Por un lado, las herramientas tecnológicas avanzan muchísimo, y un vídeo que hoy te parece "lo más", en dos años se queda anticuado. Y luego, lo más importante, cuando algo lo compartes, siempre recibes comentarios de otros profesores, y algunos lo adaptan a su realidad y te dan nuevas ideas. De hecho, el mayor cambio que ha "sufrido" el proyecto, que es la parte del viaje con Google Earth, se originó por un comentario en un vídeo de Youtube que a su vez era una adaptación del proyecto original.

A mí estas cosas me encantan, es un lujo compartir y trabajar en red, porque se producen sinergias en las que sumamos todos. Las críticas siempre son constructivas y la mentalidad de crecimiento.

Y por supuesto, siempre aprendo del alumnado, son por los que merece la pena todo el esfuerzo y los que siempre alegran las jornadas lectivas. En concreto, el curso pasado me hicieron unas aportaciones muy valiosas. Destaco dos: el hecho de narrar la historia, con lo cual también trabajas entre otras la competencia lingüística, y el poder calcular el tiempo del recorrido del viaje.

Todo esto ha hecho que la idea original del proyecto se haya renovado con vídeos nuevos, formato nuevo, y tareas nuevas, y sobre todo, mucha ilusión y ganas por mi parte. Como anécdota te cuento que no conocía Google Earth y tuve que encerrarme un día entero con él, aislada del mundo real (el confinamiento en fase cero ayudó) para familiarizarme con la herramienta y poder explicarla en un vídeo. Pero muy bien, nos hicimos grandes amigos :)

Y otra cosa muy importante en el proceso de renovación, ha sido un cambio en la evaluación, y es lo que da título a esta entrada y aquí me voy a detener más.

Aunque todos los años lo he corregido con una rúbrica, lo cierto es que acompañaba el proceso pero solo lo revisaba entero al final, y ponía la nota sin oportunidad de cambiar nada.

Este año, gracias a lo que he aprendido sobre evaluación por competencias (he de citar al curso del Intef, y concretamente a Mari Carmen Miguel que fue mi tutora, y también a Jaume Feliu, puesto que leo todos sus artículos), lo estoy evaluando de otra manera y estoy encantada.

  • Como el proyecto está desglosado en varias sesiones, propongo un día de entrega para cada una de las partes. Independientemente de esto  hay un día como fecha tope para entregarlo entero.
  • Los alumnos que cumplen los plazos para entregar cada parte, reciben mi feedback ese mismo día con comentarios y se les devuelve la tarea para que avancen con la siguiente sesión.
  • Hay puestos varios momentos también de encuentro virtual para atender dudas personalizadas, porque a veces la comunicación verbal es mejor.
A destacar de este sistema: 
  • Al evaluar (no calificar) con feedback contínuo, permites al alumno que se esfuerza que reformule y mejore, y al final su calificación será alta sin necesidad de contabilizar su actitud, pero su actitud ha sido necesaria para conseguir esa nota alta. Nota alta y no engañamos a nadie en cuanto a cumplimiento de objetivos de aprendizaje. Le han dedicado más tiempo, y han necesitado más mi ayuda, pero han llegado a lo que se pretendía, y eso para mí es lo importante. Hay gente que se saca el carnet de conducir a la primera y otros a la octava, y no pasa nada, ¿verdad?
  • Por otro lado, permites al alumno que consiga la nota máxima yendo a su ritmo y sin buscar el feedback si no lo considera necesario. La metodología Flipped Classroom del proyecto permite esta autonomía. Mientras entregue el proyecto en plazo se le evalúa y no sería justo penalizarle la actitud si al final lo hace en plazo y lo hace bien. Igual no necesita ayuda en mates pero sí en otras materias, y le dejas ese tiempo para aquellas materias que requieran una dedicación más constante y continuada. Aquí es importante destacar que este proyecto es individual, y por tanto, si se lo deja para el final no hace esperar a otros. Este detalle es fundamental, el respeto del tiempo de los demás, y es algo que hay que cuidar mucho en los trabajos de equipo, pero no es el caso.
Como dato, aproximadamente un 50% del alumnado está aprovechando el feedback enviando cada parte en el plazo indicado.

Como inconveniente, requiere al profesor estar muy atento y dar el feedback lo más inmediato posible para poder devolver la tarea y que sigan avanzando y no la tengan paralizada por nuestra culpa. Es importante  organizarse y pensar bien los plazos que se les marcan para recibir feedback por sesión. Si la asignatura tiene cuatro sesiones semanales, yo cada semana les pongo dos puntos de chequeo, para dejarles a ellos una cierta holgura y a mí también para evaluar y darles el feedback.


Esta manera de evaluar me está gustando tanto, que cada vez creo menos en los exámenes o cualquier otro tipo de instrumento que no permita la mejora. La cuestión es ¿seremos capaces de diseñar una materia instrumental de cuatro horas semanales de manera que podamos evaluar competencialmente todo el curso? Como diría aquí mi amigo Alberto, en el pensamiento hay que ir a máximos, y luego ya, haremos lo que buenamente se pueda. Pero lo que es cierto es que cuando evalúas así, cuesta mucho volver atrás. Seguiremos pensando, leyendo y compartiendo en redes, cada vez hay más compañeros utilizando instrumentos de evaluación alternativos a los tradicionales.

Por si estás interesado, comparto la lista de reproducción de los cuatro vídeos del proyecto.


Esta entrada se la dedico a Isabel García, de mi familia del Math Team. Es quién me ha animado a escribirla. Isabel y yo no tenemos el gusto de conocernos en persona, pero compartimos modos de pensar en nuestra forma de dar las clases y ver a los alumnos, y para mí es una gran referente y fuente constante de inspiración. Aprendo contínuamente de ella, como persona y como profesora. El día que nos veamos el abrazo va a ser infinito.

miércoles, 13 de mayo de 2020

Dos meses de confinamiento

Dos meses de confinamiento

Me paro a pensar en estos dos últimos meses, tiempo en que todo ha sucedido a una velocidad de vértigo, tiempo de horas y horas sentada en el ordenador, de trabajo sin parar, de quebraderos de cabeza, de cansancio en los ojos de tanto mirar la pantalla, y en las articulaciones de apenas moverme, pero al mismo tiempo, me sale una sonrisa:

  • Lo primero es que me siento acompañada y querida, tengo cerca a mis seres queridos, tanto física como mentalmente, a mi familia real y a mi familia elegida, ellos saben quienes son. Son mis pilas diarias y pertenecen a diferentes entornos: trabajo, senderismo, friends, math team ... son los que siempre están cuando los buscas y los que te buscan porque te quieren. Soy quien soy gracias a vosotros.
  • Lo segundo, la oportunidad de crecimiento que me está dando el confinamiento. Cada día suma, y suma mucho.
    • Mis alumnos están siendo todo un ejemplo. De la noche a la mañana han aprendido a gestionar su tiempo, ser autónomos, seguir disfrutando con esta manera de dar clases. No se han quejado absolutamente de nada a pesar de que los llevo locos: ahora GeoGebra, ahora meet, a las 9h todos conectados, ahora tareas, ahora formularios, ...Y lo mejor,  no preguntan por la nota y aprenden. Les dije que no iban a hacer examen en los primeros días y se relajaron. Hacen lo que pueden y lo mejor que pueden, siguen todas mis pautas de conexiones, tareas y locuras, y ni a ellos ni  a mí nos preocupa la nota. Aceptan mis errores y yo acepto los de ellos. Qué felices estamos viviendo así.
    • El equipo de compañeros de trabajo. Al pie del cañón. No me canso de decirlo, veo un claustro comprometido en su totalidad, que no decae, y que echa muchísimas horas readaptándose y dando lo mejor. Y me emociono cuando pienso en lo bien que se están adaptando aquellos que nunca utilizaban recursos digitales, de verdad, me quito el sombrero. Puede haber diferentes visiones, pero nos une el querer lo mejor para el alumnado. Especialmente los tutores se desviven por acompañar y orientar, hacerles sonreir, algunas hasta se ponen sombreros para hacerles reir...y en las comisiones de equipos de trabajo con quien me reúno se ven iniciativas, ganas de avanzar, de adaptarnos y ofrecer siempre lo mejor.
    • La formación que estamos adquiriendo de manera tan sencilla. Esta mañana lo decía mi compañera Anna, hace dos meses no sabíamos lo que era un meet, y ahora, sabemos lo que es un meet, grabar vídeos, dar una clase online con interactividad por parte del alumnado, usar múltiples modelos de pizarras ...y voy más allá, lo que se nos está abriendo la mente pensando en otro tipo de evaluación: más competencial y significativa, menos dirigida hacia la calificación y más a la evaluación, al feedback. Qué bonito es cuando el alumno tiene marcado un camino y se siente guiado por ti, y le permites redirigir la ruta y mejorar, dejando ese proceso abierto hasta el final.
    • Es muy de agradecer también la generosidad de los docentes.  Hay multitud de recursos en las redes que muchos docentes estamos compartiendo, y son fruto de nuestro tiempo y dedicación. Somos un sector, a veces desconocido para la gente que no convive con profesores, pero las horas que le echamos a preparar materiales, a formarnos para mejorar, y a acompañar a nuestros alumnos, son muchísimas, y solo lo saben los sufridores que conviven con nosotros. Agradecimiento especial a Manil y a mis padres por lo que me aguantan y me sufren y siempre con una sonrisa.
Creo que el confinamiento no nos dejará indiferentes en muchos aspectos, y se avecinan muchos cambios, y no todos buenos, pero....siempre nos quedará el agradecimiento de lo que hemos aprendido y quién nos ha acompañado.

jueves, 13 de febrero de 2020

Hacer parejas de trabajo

Hacía tiempo que no entraba en mi blog, y ahora al hacerlo y ver que una de mis últimas entradas ha tenido casi 350 lecturas, el tema de escribir me ha infundido mucho respeto.

Voy a escribir sobre algo que me ha pasado hoy en clase y que a lo mejor puede dar algo de luz a alguien.

Hoy teníamos que organizar parejas de trabajo en un grupo de 1 ESO. Siempre está el dilema: las hago yo, las hacen ellos... ( no hablo de un trabajo cooperativo en el que está claro que ha de hacerlas la profesora estableciendo roles).

Si las hacen ellos, se corre el riesgo de que queden desequilibradas o de que alguien se quede solo, con todo lo que supone a nivel emocional que te pase eso cuando eres adolescente. Te haces pequeño en un instante.  Es como sentir algo así como que no tienes amigos. Aprovecho aquí para recomendar una comedia francesa con la que me reí muchísimo, “Mi mejor amigo”.

Si las haces tú, puedes controlar que estén equilibradas, pero se te puede escapar el tema de afinidades, y trabajar con alguien con quién no estás a gusto es un problema y hace que baje tu rendimiento.

¿Cómo he gestionado yo el tema?

Hemos establecido un diálogo y les he dicho que levantasen la mano los que se sentían muy seguros en estos momentos con la asignatura y se creían  capaces de ayudar a un compañero. Hemos hablado de la importancia de ayudar a los demás, y no solo desde el punto de vista de ayuda al compañero, que también, sino por lo que supone para el aprendizaje personal explicar algo a alguien.

Ha levantado la mano justo la mitad de la clase. Esto ha sido una gran casualidad, pero me ha salido bien. Además, ha coincidido con los que hubiese anotado yo, pero de este modo les he hecho partícipes del proceso, y sentirse implicados ya les abre la puerta a dar lo mejor de sí mismos.

El siguiente paso ha sido que cada uno de los que no ha levantado la mano ha elegido con quien del otro grupo se sentía más a gusto para trabajar. De este modo han quedado controladas las afinidades entre ellos, y por supuesto el equilibrio académico.

Nadie en todo el grupo se ha quejado, han asumido el rol de ayudar o de ser ayudado desde la normalidad y entendiendo que a lo mejor en otra parte del curso los roles cambian porque todos estamos en un continuo proceso de  aprendizaje.

Al final, todos nos hemos quedado contentos, ellos y yo, y me he sentido muy agradecida por tener tan buen grupo de alumnos.