sábado, 26 de octubre de 2019

Mis reflexiones sobre el curso de evaluación por competencias ( INTEF)

Hoy mi entrada tiene más relación con lo que va a pasando en mi cabeza que con lo que está pasando en mis clases.

He terminado el curso "Evaluación por competencias: estrategias e instrumentos" (INTEF)

Confieso que cuando me inscribí hace ya unos meses lo primero que pensé fue que sería un poco rollo, o poco práctico, por la temática en sí.

Pues....nada más lejos de la realidad, es el tercer curso que hago del INTEF en los últimos años, e incluso me atrevería a decir que es el que he disfrutado más. Me ha hecho pensar muchísimo y he podido canalizar ideas que me rondaban la cabeza desde hace tiempo pero que no acababa de saber cómo aterrizarlas.

La entrada va a ser larga, pero nadie te obliga a leerla, hazlo solo si te interesa el tema, pero mi objetivo en esta entrada no es resumir, sino recoger todo lo que me ha parecido interesante.

¿Qué destaco de este curso?

  • He podido conocer más a fondo cada una de las siete competencias. Cada una conlleva un saber, un saber hacer y un saber ser, y todo es igualmente importante, no hay que descuidar ninguno de los tres aspectos.
  • Para evaluar un aprendizaje en nuestro alumnado, éste tiene que haber tenido la oportunidad de evidenciarlo y nosotros como docentes de posibilitar que se den esas evidencias diseñando actividades de aprendizaje de acuerdo a unos referentes.
  • Una tarea que me resultó muy significativa del curso fue coger los criterios de evaluación que marca la ley en mi asignatura de matemáticas de 1º ESO y ver el porcentaje de contribución de la asignatura a las siete competencias clave.

Competencia
Proporción
Porcentaje
CCL
9/25
36%
CAA
13/25
52%
CMCT
19/25
76%
SIE
4/25
16%
CSC
4/25
16%
CD
5/25
20%
CEC
2/25
8%


  • Actualmente coexisten en nuestro sistema educativo dos vías de evaluación. Esto hace que vayamos todos un poco locos, ¿nos aclararemos algún día?
Imagen de Javier Cortés de las Heras -Revoluación

  • La importancia de la evaluación auténtica.
Me resultó muy interesante pensar en las tareas que hacemos a lo largo del curso y analizar si son o no auténticas. Vi claramente que a mayor autenticidad, mayor es la conexión con las competencias clave.
  • Para mí uno de las párrafos más significativos del curso es:
Cómo aprende un estudiante, está en el foco de la mejora: ha de poder aprender en el propio proceso de la tarea y con la evaluación que se haga de los aprendizajes que demuestra. El docente centra su labor en proporcionar la retroalimentación necesaria, se introducen mejoras en el propio proceso o incluso en el producto elaborado por el alumnado. No se acaba la tarea tal como esté, y a partir de aquí se premia o sanciona el aprendizaje demostrado. No interesa evaluar para dar una calificación, sino porque el proceso de evaluación en sí mismo se convierte también en un catalizador de nuevos aprendizajes o de refuerzo de aquellos todavía no consolidados (Javier Cortés)

Para la reflexión: ¿Cuántas veces finalizamos el proceso al poner una nota?

  • Destaco en positivo que en todas las tareas nos han dado a conocer de antemano los criterios de desempeño por los cuales íbamos a ser evaluados. Creo que esto hemos de hacerlo siempre con nuestro alumnado, para poder convertir la evaluación en un proceso público, participativo y transparente. Por mi experiencia, cuando ellos por ejemplo ven la rúbrica en la presentación de un trabajo, ponen mucho más interés porque tienen más claro lo que se pretende con el trabajo.
  • Es característico en todos los cursos del INTEF que  haya mucho feedback entre los participantes. La coevaluación y el poder aprender entre iguales siempre es muy interesante. En mi caso, me gustó mucho analizar y evaluar los trabajos de mis compañeros y los comentarios que recibí de mis tareas  me hicieron ver que voy por buen camino y también contemplar nuevos aspectos de mejora. 
  • El curso también nos ha permitido conocer más sobre instrumentos de evaluación: rúbricas, listas de cotejo y escalas de valoración. Nunca se sabe suficiente sobre estas cosas. Hay cantidad de recursos en internet y a parte de la parte más técnica hay que saber cosas sobre su diseño (qué lenguaje emplear en una rúbrica,...). Las rúbricas de fiabilidad de los instrumentos de evaluación son también muy interesantes.
  • Y dejo lo mejor para el final,  la importancia de alinear: 
          Currículo- Evidencias-Instrumentos de evaluación-Competencias

Pensando en este punto es donde me hice consciente de que se puede diseñar una PPDD alineando todos estos aspectos y entonces vi la posibilidad de que puede sobrar el examen tradicional. Sí, ese que se hace al final de la evaluación, normalmente en una semana repleta de exámenes,  que recoge tantos contenidos.


No estoy diciendo no a los exámenes, pero hemos de darle una vuelta a esos exámenes acumulativos que tienen pesos muy altos en la nota del alumnado, que creo que en algunos tipos de alumnos dan poca fiabilidad de lo que saben realmente, y que además terminan con una nota cuantitativa y no dan cabida al proceso de mejora. En la ESO creo que la clave es hacer un buen diseño de tareas (a ser posible auténticas) para asegurarnos de trabajar todos los criterios de evaluación  (o la mayoría, haciendo un estudio en vertical de la asignatura en el departamento) y la mayor parte de las competencias, y por supuesto crear instrumentos de evaluación adecuados para recoger evidencias de las tareas trabajadas, al menos de las más significativas. Tampoco es necesario estar recogiendo notas todos los días, existen los tonos grises, ni blancos ni negros.

Y esta va a ser ahora mi nueva aventura, es decir, que el curso realmente va a empezar ahora...
Voy a trabajar en la línea de la alineación antes mencionada.

Más preguntas para la reflexión:

¿Qué aporta a nuestro alumnado tener una semana de acumulación de exámenes?

 ¿Van a aprender más con un proceso continuado de evaluación con posibilidades de mejora, o con un examen?

¿Un alumno va a poner interés en algo que no se evalúa?

Creo que si queremos que nuestro alumnado aprenda algo, hay dos piezas clave: asegurarnos de que se trabaja de la forma adecuada, y de que se evalúa correctamente. Lo que no se evalúa o se evalúa mal, pierde valor.

No quiero terminar la entrada sin nombrar a dos personas que me han ayudado mucho este curso: Javier Cortés, creador de los contenidos del curso, y sin el cual esto no habría sido posible,  y MªCarmen Miquel, mi tutora, que ha acompañado mi proceso de aprendizaje, con un cariño siempre infinito.


viernes, 4 de octubre de 2019

¡Yo quiero leer!



Es curioso, porque por muchos años que lleves dando clase, y aunque repitas en el mismo curso, cada año y cada día se descubren cosas nuevas, y a mí esto me encanta, aprender cada día con mis alumnos.


Creo que hay pocas profesiones más creativas que la de ser profesor.


El primer día de clase, y entre muchas más informaciones que das ese primer día, se me ocurrió, bastante de pasada todo sea dicho, recomendar un libro de lectura a mi alumnado de 1º ESO: "Números pares, impares e idiotas", y lo que menos pude pensar es que iba a pasar lo que ha pasado...


A las dos semanas me llegó este correo de un alumno:


" Hola Inma, quería comunicarte hace días que ya me he leído el libro recomendado Números pares, impares e idiotas, y decirte que me ha gustado mucho, cada página leída ha sido una aventura en el mundo de las mates, y es un libro divertido. Muchas gracias por tu recomendación. "


Me alegré muchísimo y me quedé bastante alucinada de que una simple mención de un libro hubiese provocado eso.


A partir de ahí recomendé el libro a mi "familia" del Math Team (mis compis del claustro virtual, todos profes de mates súper activos con grandes inquietudes por aprender cada día, crecer y compartir, la verdad es que mis clases de mates serían mucho más tristes sin ellos porque gracias a ellos aprendo cantidad).


Inmediatamente, Mª Carmen me compartió una presentación de libros de lectura que a su vez había hecho su compañera Ana Esther JM. Desde aquí doy las gracias a las dos.


El caso es que al día siguiente proyecté la presentación en mis grupos y motivé al alumnado a que leyesen alguno de los libros (sin plazos programados, sin nota, solo por el hecho de disfrutar, y haciéndoles ver que la comprensión lectora es fundamental también en matemáticas para poder resolver problemas).


Y ahora cada día me estoy llevando la sorpresa de que se acerca alguien a la mesa y me comenta que se está leyendo alguno de los libros.


En concreto, hoy me ha venido P con dos de los libros y me ha dicho:

"Uno me lo estoy leyendo yo, pero el otro lo puedo prestar a un compañero, ¿hacemos un sorteo?"

Cabe decir que en concreto este alumno ayer se sintió reforzado al verse capaz de conseguir un objetivo que a priori le parecía complicado, y ahora no solo trabaja la parte obligatoria sino que además lee libros de matemáticas.


Hemos preguntado quién estaba interesado en participar en el sorteo para leerlo y han levantado muchísimos la mano, yo estaba alucinada. Hemos hecho el sorteo y D. que ha sido el afortunado estaba como si le hubiese tocado la lotería de contento. Se ha comprometido a leer rápido para poderlo prestar a otro compañero.


Ahora cuando un alumno acaba antes en clase, pide leer un libro de matemáticas (hay uno de los libros que está liberado y lo tienen todos accesible).


No sé cómo acabará esta historia, igual les hago escribir algo parecido a un relato matemático, tomando como modelo a mis compis de castellano que les hacen escribir una novela realista.


Esta misma tarde he decidido que vamos a comprar los libros desde el departamento de Matemáticas, para poderlos prestar y que no se gasten dinero.


Estoy segura de que les darán un buen uso, y cada vez que pienso que todo empezó nombrando un libro el primer día, me hago consciente de la gran responsabilidad que tenemos los profesores con todo lo que les decimos, y valoro y agradezco mucho más el regalo que nos supone dar clase.