miércoles, 30 de enero de 2019

Quería explicarte el truco de la tabla de multiplicar del nueve

En días duros de trabajo, con toma de decisiones importantes y caminos con obstáculos, pues la jefatura de estudios no es nada fácil, no hay nada como tener un grupo de alumnos que siempre te saquen la sonrisa y te alegren el día. Hoy empezábamos la clase a las ocho y cuarto y a las ocho han venido seis alumnas y un alumno corriendo para poder aprovechar ese cuarto de hora extra. Una de ellas me ha dicho “ Inma, he venido corriendo porque quería explicarte el truco de la tabla de multiplicar del 9”. Este momento es el que merece esta entrada en el blog. Luego hemos hablado de lo que supone tener hermanos y cada uno ha contado sus historias.
El ratito de reflexión de buenos días de hoy estaba relacionado con la Paz y la gratitud y han salido temas como la importancia de tener una actitud de servicio ante los demás y el peligro de ser competitivo. Varios de ellos han dado testimonios de momentos en que han vivido esas situaciones y hemos terminado el buenos días viendo un trocito de la película La misión.
Luego ya hemos empezado con mates, y hoy tocaba Stranger Fractions, basado en una idea de Tania Aparicio y adaptado por mí a lo que yo quería hacer y al nivel del grupo: a partir de una serie de formularios encadenados ambientados en la serie Stranger Things, han ido operando con fracciones y encontrando pistas para resolver el mensaje final, que además contenía una sorpresa.
Algún alumno ha venido hoy con sudaderas y/o camisetas de Stranger Things.
La clase ha terminado haciendo diferentes retos matemáticos:  algunos en papel y otros de ordenador, cada uno ha elegido según sus gustos. Ha sido una clase muy preparada y ha dado sus frutos, pero me quedo con el momento en que una alumna me ha explicado el truco de la tabla del nueve.

miércoles, 16 de enero de 2019

Ganas de hacer bien las cosas



Hoy en mi grupo de mates de 1º A hemos empezado el proyecto de un viaje de catorce días. En una entrada mía bastante anterior doy detalles del proyecto. Tras haber trabajado los números enteros en clase, dedicamos dos sesiones a que organicen un viaje de catorce días, visitando dos continentes. El proyecto lo hacen con los chromebooks en su totalidad. Han de investigar temperaturas máximas  y mínimas en diferentes ciudades y, haciendo uso de una hoja de cálculo, sacan medias de temperaturas y gráficos.
Se les explica con una infografía y un videotutorial explicativo. Salió fruto de la inspiración de una tarde veraniega de hace ya dos veranos. Estas cosas suceden, a veces hay ideas que cuestan mucho de salir a la luz y otras son fruto de una tarde. Es otra de las cosas bonitas de nuestra profesión, el poder desarrollar la creatividad y tener todo el tiempo del mundo para hacerlo. Da igual cuando se te ocurra,  siempre encuentras el momento de llevarla a cabo.

Al alumnado les encanta el proyecto, y a las profes nos parece súper interesante porque combina investigación con el buen uso de la hoja de cálculo. Trabajan entre otras cosas la competencia digital, la matemática y el aprender a aprender, haciendo el diseño de su propio viaje.

Pero este grupo de primero siempre termina sorprendiéndome y emocionándome por su afán en hacer bien las cosas. Al buscar las temperaturas de las ciudades, les costaba encontrar la que habrá dentro de doce días y en lugar de aproximar la que aparecía en su búsqueda de cualquier día, al final han dado con una web que contiene las temperaturas en intervalos de tiempo más largos y no han parado hasta encontrar la forma de hacerlo bien.
La emoción del momento ha merecido esta entrada en el blog.
No al conformismo, al querer acabar pronto, a salvar el trabajo y “ trampearlo”. Sí a las ganas de hacer bien las cosas, al rigor, a la exactitud.

A eso se junta que una de las alumnas que suele pasar desapercibida en clase y con la que ayer hablé invitándola a participar en unas jornadas matemáticas, tuvo tal subidón matemático que ha sido la primera en acabar el proyecto. Creo que tiene ya fichas de póker para un tiempo.

Una clase memorable para recordar, sobre todo cuando escuche por algún medio que los jóvenes de hoy en día no se esfuerzan, o que hacen las cosas rápido sin pensar. No todos.