martes, 18 de diciembre de 2018

Valoración experiencia Flipped Classroom durante seis sesiones seguidas

El pasado mes de julio escribí una entrada con los vídeos que preparé para flippear los números enteros.

He llevado la experiencia al aula estas dos últimas semanas y llega el tiempo de valorarla, tanto por mí como por mi alumnado.

Lo primero que me embarga es la emoción, porque han sido seis sesiones en las que hemos podido hacer cosas en clase que antes no hubiese imaginado.

Quiero empezar diciendo que la promoción de alumnos que tengo este curso en 1º ESO es espectacular, son alumnos con un comportamiento estupendo, altamente motivados en la asignatura y que me ponen las cosas muy fáciles.

He de confesar que antes de llevar al aula este cambio de modelo tenía mis miedos, porque tras la valoración tan buena que hicieron de las clases y la asignatura tras la primera evaluación, era un factor de riesgo grande y había una probabilidad muy alta de que les gustase menos, porque cuando algo sale bien cuesta más cambiar. Por mi parte, lo fácil hubiese sido no dar este salto, por lo mismo, si las cosas ya están bien, para qué cambiar...
Pero también pensé que nunca tendría una oportunidad mejor para lanzarme, pues la promoción es extraordinaria, y que aunque las cosas estén bien, hemos de estar siempre abiertos a la mejora, y también pensé que seguramente trabajando de esta manera podría introducir gamificación y trabajo cooperativo en aula, que eran dos de mis objetivos desde hacía mucho tiempo. También gente cercana con quien comenté la propuesta, me animó a hacerlo, y vi que creyeron en mí y confiaron en que saldría bien. Esto para mí fue muy importante y desde aquí les quiero dar las gracias.

Cuento poco a poco el proceso...
Lo primero fue que este verano me di cuenta que la operatoria con enteros es muy mecánica y que por tanto era una parte del temario en la que me podía ir bien seguir el modelo Flipped. Llevo ya años usando Flipped en un proyecto de final de curso muy práctico, pero no lo había usado en "partes más teóricas". Grabé los 5 vídeos y elaboré un documento muy secuenciado en el que expliqué paso a paso qué les pedía que hicieran en casa cada día (ver el vídeo) y en clase.

Di mucha importancia a explicarles el por qué de esta forma de trabajar, y cuáles iban a ser las ventajas para ellos. Iban a tener tiempo en clase para acabar las tareas, iban a trabajar en grupos cooperativos de principio a fin, y también iba a caber la parte lúdica, aprender mediante el juego. De hecho les diseñé también este verano unas cartas específicas para poder jugar a un juego de sumar y restar enteros que me enseñaron mis compañeros del #mathteam, a quienes también les quiero dar las gracias por todo lo que me enseñan cada día.

También les expliqué su compromiso (fundamental venir a clase habiendo visto el vídeo). No verlo iba a suponer una falta de deber, y el trabajar solo la clase siguiente. El primer día hubo en cada grupo dos alumnos que no vieron el vídeo y a partir del segundo día vieron los vídeos entre el 90 y el  100%.
En medio de las seis sesiones incorporé una clase de ajuste que era un premio para los que iban al día (pues ese día trabajaban íntegramente con los chromebooks y luego con las cartas en grupos) y para los que no iban al día les permitió cogerse al ritmo.
Algún alumno que estuvo enfermo se puso al día y le vino muy bien.
Empezar la clase sabiendo quién ha tenido más dudas (al final de cada vídeo les hacía preguntas para ver si los conceptos habían quedado claros) es muy positivo, porque ya empiezas acercándote a esos alumnos y aclarando dudas.
Si alguien piensa que con este modelo el profesor no explica, o se sienta en la mesa, se equivoca, porque estás todo el rato dando vueltas entre el alumnado, pero lo cierto es que el seguimiento que haces es mucho más personalizado. Yo he podido atender a los alumnos con más dificultades mucho mejor que del modo más tradicional, porque el que lo tiene claro es totalmente autónomo, y eso me permite dedicar mi tiempo y mis energías a quienes más lo necesitan, sin descuidar al otro extremo, porque me aseguro de que tengan retos contínuamente para poder avanzar en su aprendizaje.

Hubo solo dos alumno en uno de los grupos que me dijeron que preferían trabajar solos que en grupo y respeté su decisión, porque solos trabajaban muy bien y para mí es muy importante que se sientan a gusto trabajando.
El resto estuvieron encantados de trabajar en grupos cooperativos. Los grupos los hice yo y había roles (experto, moderador, secretario y cronometrador).

Mi experiencia es que han trabajado más que el curso pasado, porque las actividades han sido las mismas, pero hemos cambiado la forma de trabajar, que ha sido en grupos, se han ayudado entre ellos,  y como estaban muy motivados por acabar todo en clase y que les quedase tiempo para la parte más gamificada, daban lo mejor de sí y se empleaban a fondo, por lo que además de lo trabajado el curso pasado hemos añadido los juegos.
Los he visto más felices y contentos trabajando en clase, y yo he estado mucho más relajada porque el peso de la clase no dependía de la explicación general, sino que ha sido todo mucho más personalizado y permitiendo al alumnado llevar su propio ritmo de aprendizaje.

Lo que más me ha costado es que en los grupos se equipararan los ritmos, pues siempre hay algún alumno que avanza más rápido, esto lo viví un poco mal el primer día, y tuve el debate interno de si frenar a los más avanzados para que fuesen todos  a la par. Al final decidí no frenarlos, para que pudieran seguir su ritmo, pero sí les pedí que estuviesen atentos a posibles dudas de compañeros con más dificultades y creo que ese tema lo gestionamos bien, y permitió a cada uno trabajar a su ritmo. Hubo grupos que sí iban todos a la par.
También en una de las clases fui reagrupando por niveles según acababan una parte, y la experiencia me gustó, pues a veces es positivo rodearte y trabajar "entre iguales" en cuanto a ritmos, y  permite el pedir niveles diferentes a cada grupo.

En resumen, me ha valido la pena el tiempo que dediqué a preparar estas clases y me entran ganas de aplicar este modelo en más ocasiones. También pienso que no se debe abusar, porque hay partes del temario que prefiero trabajar de otro modo, pero esta experiencia ha sido muy positiva y he aprendido un montón con esta forma de trabajar.


Termino poniendo las valoraciones de los alumnos (recogidas a través de un formulario anónimo, para que contestaran con libertad y manteniendo la privacidad).