viernes, 12 de mayo de 2017

Un año más acompañando a los alumnos de altas capacidades

Ayer culminaba un proceso que empecé hace unos meses con los alumnos de Secundaria de altas capacidades. Ya llevamos cuatro años presentándolos a las Jornadas Matemáticas de Guadalaviar.
Y estas cosas son de las que en el terreno laboral me dan vida. Me emociona mucho ver su progresión. Desde el día en que les transmito mi confianza para que se presenten, hasta el día en que vamos a recoger los premios, pasando por las dos fases a las que se enfrentan. Mi sensación es que ellos viven todo el proceso como un desafío personal que les hace sacar lo mejor de sí mismos. Se enfrentan a retos matemáticos con alumnos de su mismo nivel, en estas pruebas ya no son " los reyes" que pueden ser en clase, sino que las cosas se les ponen más complicadas al tener que competir con el resto de seleccionados, aunque realmente compiten consigo mismos viendo hasta dónde son capaces de estrujar su cerebro.
Cuando salen de cada fase y les oyes comentar, notas el subidón de adrenalina que llevan.
Igual que  cuando practicamos senderismo nos sube la adrenalina al subir un pico, a estos alumnos se la sube resolver un problema complicado que les supone un reto personal.
Ayer fuimos a ver si de los diez alumnos desde  primero de ESO a primero de Bachiller  que habían llegado a la segunda fase había salido alguno "premiado". En estas jornadas premian a cuatro de cada curso en la etapa de Secundaria. Ninguno fue nombrado, pero nos dió igual, a ellos y a mí, para mí el premio no es el final, ni lo que hubiese pasado ayer si los hubiesen nombrado, sinceramente creo que nada habría cambiado. Para mí el premio es tenerlos cada día en clase, el premio es sentirlos motivados con las matemáticas, ver cómo disfrutan y se convierten en líderes positivos en el grupo, y cómo  arrastran, el poder escuchar, como me pasó hace dos días, que uno de ellos me diga que de mayor quiere hacer la carrera de matemáticas, o a una madre decir que está disfrutando muchísimo este año con lo que está aprendiendo. Sé que esa semilla sembrada que los une a las matemáticas ya solo puede que seguir creciendo.
Uno de los diez hoy en clase me esperaba en la puerta para decirme que por favor el tenía que corregir el problema más difícil que llevábamos para hoy. Creo que le daba algo si no lo hacía.

Un adulto me preguntaba hoy, ¿Entonces no os llevasteis ningún premio?
Claro que sí nos hemos llevado premio, nos lo llevamos todos los días disfrutando en clase.