lunes, 20 de marzo de 2017

Vamos a empezar a cambiar la forma de evaluar

Estos días han sido las Fallas en Valencia. Siempre nos gusta huir un poco del ruido de los petardos y buscar la tranquilidad . He tenido la suerte de poder pasear por el Peñagolosa y los pueblos de alrededor. Tranquilidad absoluta, no había ni wifi...

Ayer visitamos el museo de Ciencias Naturales de Onda. No había estado nunca y la verdad es que me dió mucho que pensar...

Es enorme y tiene animales disecados de todo tipo, digamos que todo lo que te puedas imaginar está allí, unido a disecciones humanas de casi todos los órganos. Yo no había visto nunca un riñón o un hígado por dentro, fue muy interesante.

Pero eso sí, tenía todo un toque antiguo, en cierto modo me recordaba al museo de la peli "Una noche en el museo", pero con un toque muy anticuado,   y es que luego investigué y el museo tiene más de 50 años. Creo que no han debido renovar nada en muchos años y hasta olía a antiguo. Incluso las maquetas se veían antiguas. Es una pena, porque tenía cosas muy interesantes, pero cuando algo huele a viejo, mal...

Y yo me pregunto, cuántas cosas se quedan antiguas y no nos damos cuenta...

En los comentarios de Google del museo, casi todo el mundo pone como comentario negativo que necesita renovarse pero que a los niños les encanta, quizás porque aún eran muy pequeños y no tenían mucha capacidad de crítica.

Aunque a mí personalmente me parezca increíble, aún siguen yendo colegios a visitarlo, pues tiene una pared donde recogen firmas de los coles que van pasando por allí, y muchas datan del 2017.

El museo está chulo, pero desde mi humilde opinión, necesita renovarse y adoptarse a los nuevos tiempos. Y eso que a mí hay cosas retro que me encantan y tengo la trilogía en casa de "Yo fui a EGB", ...

A veces nos aferramos a las cosas y les cogemos cariño, y desde dentro no nos damos cuenta, pero cuando viene alguien de fuera se da cuenta de que es antiguo y que hay que renovar. Y aquí cito la célebre frase de "Renovarse o morir". ¿Piensas que una chaqueta que te quedaba bien hace tres años te sigue quedando bien ahora? Igual sigues estando igual de delgado, pero seguramente te gusta meter algo nuevo en el armario de vez en cuando. Podría citar muchos ejemplos que me vienen a la cabeza.

Me quedé con la idea de la necesaria renovación de las cosas y por la noche, ya en casa, iba a empezar a tirar cosas de mi armario, pero dió la casualidad de que me topé con unos vídeos sobre la evaluación, de Santos Guerra, y me dieron mucho que pensar.

Si estamos ahora innovando en metodologías haciendo que el alumno sea más protagonista de su aprendizaje, ¿Por qué muchas veces seguimos haciendo exámenes como hace 50 años? Ya me pasa como en el museo, esto ya me va oliendo a antiguo y cuando me llega ese olor, mal, algo falla.

 A veces me pasa que cuando desconecto, salgo y veo cosas de fuera, me dan para pensar y analizar lo que tengo dentro. Y anteriormente, metida en la burbuja no me llamaba tanto la atención.

Entro en el calendar de mis alumnos y veo que tienen fechas acumuladas de exámenes en prácticamente todas las asignaturas, incluida la mía, con pesos bastante elevados en sus notas de evaluación. Que por una lado les hacemos investigar, trabajar en grupos cooperativos, hacer algún proyecto, pero a la hora de la verdad lo que más les sigue contando es el examen, y si lo comentas con algún compañero escuchas cosas como que es lo que más demuestra lo que sabe el alumno, porque claro, en un trabajo en grupo , igual no ha trabajado... ¿No será porque entonces has diseñado mal ese trabajo en grupo? ¿Sabemos hacernos autocrítica?
Algo hacemos algo mal. No podemos dar tanto peso a los exámenes , y además hay que ver el tipo de exámenes que hacemos ¿Les lleva a crear, a investigar , a pensar, o por el contrario a memorizar sin a veces entender, y como consecuencia a olvidar?

Estamos cansados de leer y al menos yo convencida de que el alumno aprende cuando se emociona, cuando crea, construye, explica a los demás, y no cuando nos escucha. No somos gurús de la educación por muy bien que expliquemos y dominemos la materia, asumámoslo,  y por muy bien que nos evalúen en las encuestas de final de curso. Cuando hablamos para un grupo, cada uno lleva un ritmo, y muchos se nos escapan, aunque no nos demos cuenta. Y aunque salgamos de un aula creyendo que hemos dado la mejor clase de nuestra vida, ¿Qué les queda a ellos?¿ Te lo has preguntado? Es fácil, espera a que pase una semana y pregúntales.

Creamos, como escuché hace poco en un curso de formación,  experiencias memorables, que el alumno se acuerde de nuestra asignatura, más que de nosotros, por lo que realmente ha aprendido con nosotros ( esta frase la dedico a mi gran compañero A. G.). Produzcamos un enganche que ya nunca lo pierdan, y que sea signo de que empiezan a conectar con la asignatura.

Si no hacemos que vean utilidad a lo que vemos en clase, que piensen por sí solos, que trabajen activamente, que vean el para qué, ...los perderemos por el camino, unos al principio de curso, otros  a mitad, otros al final, otros no los perdemos nunca, pero porque son los más dóciles al sistema, no necesariamente porque disfruten y aprendan más.
A mi a veces me ha pasado que los alumnos "anti-sistema" son los que me doy cuenta que aprenden más y disfrutan más, tienen  una creatividad extrema y continuamente te sorprenden con preguntas interesantes y respuestas muy acertadas, eso sí, en el examen sacan un 4,5...

Todas estan ideas rondando mi cabeza, me han hecho tomar la decisión de que mis exámenes van a cambiar. Pasito a pasito pero desde ya y esta vez con la evaluación. En grupos piloto, me voy a aventurar. Si no funciona, siempre podremos hacer marcha atrás.

Los exámenes los van a crear ellos. Van  a tener una sesión para "hacerse una chuleta de una cara de folio" que podrán tener en el examen y la siguiente hora harán el examen que previamente sólo pondrá "Nombre y apellidos" y "Crea y resuelve". A ver qué pasa. Previamente les daré una rúbrica orientadora para que sepan cómo va a ser evaluado.

Tengo un reto, el diseño de la rúbrica va a ser fundamental, pero tengo la suerte de contar con gente que me ayudará y hará críticas constructivas y los propios alumnos también opinarán. Y si no la hacemos bien, a la siguiente la mejoraremos. Pero hemos de avanzar.

Hoy lo he comentado con los alumnos, y una alumna toda emocionada me ha preguntado si se podrá quedar " su examen".

Seguiré informando.

viernes, 3 de marzo de 2017

Un ratito "friky-matemático"

Hoy he vivido otros de esos momentos que hacen que agradezca ser profesora y viva este trabajo cada día con pasión y dejándome sorprender por mis alumnos. Cada día aprendo más.
Hemos empezado el tema de Álgebra en un grupo de 2 ESO.
Como era la primera clase, hemos empezado hablando de qué es el álgebra y qué aplicaciones tiene en el mundo real. Y cuando ya estábamos todos convencidos de que es necesario saber álgebra en pleno siglo XXI, hemos empezado a aprender vocabulario algebraico.
Como en el aprendizaje de un idioma , hay que empezar por los enunciados más básicos.
Pero lo que ha empezado a nivel básico, y debido a la alta motivación de los alumnos, ha ido subiendo de nivel rápidamente. La parte final de la clase ha consistido en que ellos inventaban un enunciado algebraico que tenían que traducir y se iban a seleccionar algunos para leer en voz alta y que los tradujesen los demás. Nadie miraba el reloj. Ha acabado la clase casi sin darnos cuenta, todos han creado su enunciado, cada uno con un nivel de dificultad, atendiendo a la diversidad del alumnado, y mi sorpresa ha venido cuando, habiendo luego recreo, un grupo de siete alumnos se han quedado conmigo y mi compi de prácticas en el aula, queriendo practicar más y traduciendo enunciados que iban leyéndose unos a otros.
Hemos vivido un momento de esos que no se olvidan muy friky y matemático, llenando la pizarra de expresiones que rebosaban números y letras, la pizarra ha quedado como esa que vemos alguna vez en alguna peli llena de fórmulas...pero lo mejor, la satisfacción de los alumnos.
Y cuando ha terminado el recreo aún ha venido una alumna pidiéndome que me invente yo un enunciado de cinco o seis líneas que ella lo quiere traducir...
Quien sabe, ¿saldrá de la clase de hoy una futura programadora?
Lo que sé seguro es que la puerta del cariño al álgebra ha quedado abierta para siempre.