viernes, 4 de octubre de 2019

¡Yo quiero leer!



Es curioso, porque por muchos años que lleves dando clase, y aunque repitas en el mismo curso, cada año y cada día se descubren cosas nuevas, y a mí esto me encanta, aprender cada día con mis alumnos.


Creo que hay pocas profesiones más creativas que la de ser profesor.


El primer día de clase, y entre muchas más informaciones que das ese primer día, se me ocurrió, bastante de pasada todo sea dicho, recomendar un libro de lectura a mi alumnado de 1º ESO: "Números pares, impares e idiotas", y lo que menos pude pensar es que iba a pasar lo que ha pasado...


A las dos semanas me llegó este correo de un alumno:


" Hola Inma, quería comunicarte hace días que ya me he leído el libro recomendado Números pares, impares e idiotas, y decirte que me ha gustado mucho, cada página leída ha sido una aventura en el mundo de las mates, y es un libro divertido. Muchas gracias por tu recomendación. "


Me alegré muchísimo y me quedé bastante alucinada de que una simple mención de un libro hubiese provocado eso.


A partir de ahí recomendé el libro a mi "familia" del Math Team (mis compis del claustro virtual, todos profes de mates súper activos con grandes inquietudes por aprender cada día, crecer y compartir, la verdad es que mis clases de mates serían mucho más tristes sin ellos porque gracias a ellos aprendo cantidad).


Inmediatamente, Mª Carmen me compartió una presentación de libros de lectura que a su vez había hecho su compañera Ana Esther JM. Desde aquí doy las gracias a las dos.


El caso es que al día siguiente proyecté la presentación en mis grupos y motivé al alumnado a que leyesen alguno de los libros (sin plazos programados, sin nota, solo por el hecho de disfrutar, y haciéndoles ver que la comprensión lectora es fundamental también en matemáticas para poder resolver problemas).


Y ahora cada día me estoy llevando la sorpresa de que se acerca alguien a la mesa y me comenta que se está leyendo alguno de los libros.


En concreto, hoy me ha venido P con dos de los libros y me ha dicho:

"Uno me lo estoy leyendo yo, pero el otro lo puedo prestar a un compañero, ¿hacemos un sorteo?"

Cabe decir que en concreto este alumno ayer se sintió reforzado al verse capaz de conseguir un objetivo que a priori le parecía complicado, y ahora no solo trabaja la parte obligatoria sino que además lee libros de matemáticas.


Hemos preguntado quién estaba interesado en participar en el sorteo para leerlo y han levantado muchísimos la mano, yo estaba alucinada. Hemos hecho el sorteo y D. que ha sido el afortunado estaba como si le hubiese tocado la lotería de contento. Se ha comprometido a leer rápido para poderlo prestar a otro compañero.


Ahora cuando un alumno acaba antes en clase, pide leer un libro de matemáticas (hay uno de los libros que está liberado y lo tienen todos accesible).


No sé cómo acabará esta historia, igual les hago escribir algo parecido a un relato matemático, tomando como modelo a mis compis de castellano que les hacen escribir una novela realista.


Esta misma tarde he decidido que vamos a comprar los libros desde el departamento de Matemáticas, para poderlos prestar y que no se gasten dinero.


Estoy segura de que les darán un buen uso, y cada vez que pienso que todo empezó nombrando un libro el primer día, me hago consciente de la gran responsabilidad que tenemos los profesores con todo lo que les decimos, y valoro y agradezco mucho más el regalo que nos supone dar clase.

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