El verano pasado leí bastante sobre una metodología que emplean algunos profes de mates que consiste en que convierten sus clases en "Aulas para pensar". Cuelgan 8 pizarras verticales en la clase, hacen cada día grupos aleatorios de alumnado, y el tiempo de clase lo emplean básicamente en resolución de problemas. La evaluación es formativa y diaria, en base a indicadores de evaluación que previamente ha diseñado el profesorado, asegurándose de que se cumplen los contenidos del curso que marca la ley.
Me gustó mucho la idea, pero yo pienso que los cambios siempre han de cocinarse poco a poco, y es así cómo mejor salen.
Planteé en verano a mi equipo directivo que comprasen 8 pizarras y rotuladores. Les pasé mi propuesta y me apoyaron. En septiembre ya estaba la compra hecha.
Inicié su uso en el mes de octubre, 4 sesiones seguidas en cada uno de los grupos de 1ºESO a los que imparto clase. El trabajo fue de resolución de problemas, pero los contenidos previos necesarios se habían trabajado en las sesiones anteriores. No me veo aún dado el salto mortal y preferí jugar sobre una base más sólida y segura. Me acompañó en la aventura mi codocente, Jaume Pérez, su espíritu aventuresco es similar al mío y disfrutamos mucho de la experiencia. Nos quedamos con ganas de repetirla. ¿Y por qué?
- Percibimos que les encanta escribir en las pizarras, y cómo solo puede escribir uno del grupo (porque solo damos un rotulador por grupo), se ven obligados a dialogar entre todos sobre cómo resolver el problema.
- La construcción de la resolución del problema la hacen entre todos.
- Se escuchan mucho más.
- Luego lo copian en sus libretas, pero han dejado primero paso a su creatividad en la pizarra ( hacen dibujos, diseñan estrategias súper creativas, porque ahí no piensan en el aseo de su libreta, que es secundario en la resolución de problemas).
- Los profes solo acompañamos, pero funcionan solos, podríamos salir de la clase diez minutos y no se darían ni cuenta.
- Acaba la clase y se quedan con ganas de más.
- Son clases en las que percibes que cada alumno aporta lo mejor de sí mismo.
- Al pasear entre ellos y ver lo que hacen en las pizarras, nos asombramos con "ideas brillantes" que tienen al resolver problemas, mediante dibujos ingeniosos o técnicas de resolución en las que notas que han interiorizado muchos saberes.
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