viernes, 10 de febrero de 2017

Dar fichas de póker

Ayer viví una experiencia en el aula de las que me gusta escribir para no olvidar...
De esas que en días duros te hacen encontrar el sentido a todo lo que haces. Tuve la gran suerte de tener una hora de guardia que me pusieron en uno de mis grupos, y también de contar con la compañía de María,  mi alumna de prácticas. Lo que teníamos que hacer era simplemente ponerles una peli a los chicos.
Se me encendió la luz, propuse a los alumnos que estaban teniendo más dificultades en mates venirse conmigo al aula de al lado y reforzarles, siempre y cuando quisieran y se comprometiesen a ver la peli en otro momento. Un alumno muy bueno en mates en seguida se ofreció a ayudar. Eso ya me dejó alucinada. Nos fuimos cinco alumnos que necesitaban el refuerzo, mi ayudante y yo. En un hora y entre los dos, al tener solo a cinco, les hicimos entender todo lo que habíamos visto en las dos últimas  semanas. 
Acabamos súper contentos, pero lo mejor de la historia es que una de las alumnas " reforzadas" , por la tarde en clase de mates se ofreció para ayudar a dos compañeros que también necesitaban refuerzo pero se habían quedado viendo la peli por la mañana. Teníais que ver la cara que ponía al sentirse capaz de ayudar a los demás. Esa mañana pudimos darle muchas fichas de póker. Lo bonito de la historia no es sólo lo que aprendió de matemáticas, sino el subidón de autoestima que le dió por verse capaz de ayudar y explicar a los demás. Lo necesitaba.
Hemos de tender en un futuro a incorporar metodologías en el aula que hagan que nadie se quede atrás y cada uno pueda seguir su propio ritmo de aprendizaje, cada vez estoy más convencida de ello. Pero, de momento, la oportunidad que se me brindó ayer de hacer esa guardia la supe aprovechar y creo que hizo que una alumna se sintiese feliz, motivo más que suficiente para escribir esta entrada.

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